como egoista e imparcial,
está trastornando, descolocando mi mente.
Suena egoísta, lo sé, me da igual
me es completamente indiferente.
Ahí va, la lanzo al aire
"¿Quieres quererme?"
Los puntos suspensivos iluminaron toda la escena
y el público enmudeció ante tal visión.
El diálogo se volvió mudo y ciego
entre nosotros dos.
Quebró el interior de algo hueco desde hacía tiempo,
un disfraz sucio, una coraza agrietada
que el hielo de tu voz
no hizo más que empeorar.
Y mi cara se convirtió en el cauce,
en un afluente de emociones dispares
que se agolpaban por correr a raudales
y desembocar en el muerto océano.
Había estallado una explosión invisible,
asqueroso azufre que nadie era capaz de oler,
delicada pólvora, dinamitada por tu "no"
y no fueron cientos, fueron miles los pedazos
que no he podido volver a juntar.
Mi escritura se torció en la duda
de si te he perdonado o reniego de ello,
de si los paisajes que te he pintado han ardido,
se han consumido, calcinado, desaparecido
o siguen impolutos, brillando en sus lienzos.
Queda dicho en el papel rasgado
de la carta que jamás merecerás.
Deseo que nuestros recuerdos juntos
tengan un buen viaje, un bonito vuelo,
que se pierdan y que no tengan prisa
por volver.
Amor de sal en heridas sin suturar.
Buscando una aguja en un pajar.
Llevará tiempo, pero allí estárá.
Ambos lo sabemos...
¿Lo deseamos?
Llueve agua maldita camuflada en nubes negras.
Beberé y sonreiré hasta que consiga atrapar la luz,
bailaré hasta que la mentira se destile
en fragancias de jazmín.
Supernova por renacer.
Borracho te lloré
hasta el amanecer...
¿Querías quererme?