"Porque el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón" - Michael Ende

jueves, 31 de octubre de 2013

Cartas Escarlatas

Mojada la punta en el tintero,
dispuesto a teñir de gamas de negro,
mi vida, sentimientos, sueños,
relatarlos o, al menos, hacer el intento.

Perfumadas candelas para rememorar,
esos olores que pasado evocan,
calor que desprenden, volátil oxígeno
consumido como rosas en el infierno.

No hay cénit ni comienzo,
no hay clímax fijado
ni ganas de crearlo.

Impersonal, atemporal, 
mundano o terrenal,
léelo y dale tú el sentido
que yo no puedo encontrar.

Torcidos renglones,
ortográficas faltas sin aplacar,
que no pienso revisar o corregir,
similar a eso que dejaste en mí.

Folios amontonados alrededor,
inocuos recuerdos, triviales gestos,
diarios de rutina y tedio
que leo como si los ayeres fueran nuevos 
y que jamás ocurrieron.

Partes de amor y odio,
fragmentos de prosa envenenada
y poesía balsámica,
en una peligrosa combinación
de falsa y verdadera emoción,
anemia de lágrimas sanas,
llantos de ardiente dolor
dolor tornado en palabras y signos
reflejos de terapeútica necesidad...

...de sacarte del sentir 
y sofocar mis ganas de retornar
a un momento incierto y fugaz,
cuándo amarte no conllevaba daño,
cuándo el "yo" de antaño 
no había perdido la Estrella Polar.

Cuándo carecía de deseo de escribirte
y dejar de callarme aquello que sólo grita,
golpea, araña y ruge cual león hambriento
de tu admisión de culpa,
de tu eterno arrepentimiento,
de tu duradera fatalidad,
de tu pérdida de color
y demás torturas que no podré infringirte.

Sangran las pupilas convertidas en océanos,
dónde el caudal se ha desbordado
tras reventar la presa en mil pedazos
y quedar plasmado como sellos...

...en aquellas cartas vívidas
envueltas por antiguos sobres
de color escarlata
y lágrimas salobres.

Que dudo si quemar o almacenar.
La hoguera es apetecible,
tu dolor es digno de tentar
y mi decisión es inamovible.

Aquellas cartas escarlatas.
Tu color favorito
convertido en fatal y maldito,
precioso en aquellas puestas de sol,
mientras subía la marea, sentados en la orilla
y tus manos lejos de las mías.

Lejos...permanezco, escribo y reviento.

Su color favorito...