"Porque el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón" - Michael Ende

domingo, 28 de julio de 2013

La flor de la pasión

Papel, tinta y una pluma desgastada,
acordes sinceros y aleatorios
en una canción descarriada.
Amor efervescente pide su salida
hacia cualquier o ninguna parte.

Eras una camelia nadando en el océano de la nada,
te encontré y la máquina sufrió un revés
sin precedente, sin aviso, sin querer.
Peligroso...así fue.

Poseía un sinfín de versos que relatar
destinados a la más bella de las rosas
plantadas en ese lugar.
Miro, ya no estás.

Y todo ello quedó dentro de manzanas que nunca van a caer,
en cartuchos de escopeta sin disparar,
en cofres de cristal carentes de cerradura que abrir,
en tus miradas grabadas a fuego
en mi memoria...

Cayó la venda, la ceguera ya ha partido
con aquel vendaval que me apartó de todo:
de la adicción a tus pétalos y néctar,
a tus estambres, a tus trenzas,
a tu bruta y elaborada savia.

Nada más que buscar
en un podrido jardín...

Lanzo botellas al enturbiado océano,
desde el acantilado de mi amor eterno.
En papel hay escritos ruegos, súplicas, recuerdos,
estos últimos tan veraces como falsos.

Vuelve a mi
sentimiento que duele sentir,
sonrisas sin razón alguna para existir,
amargas lágrimas por quién nunca correspondió.

Peligrosa fusión emocional

Anclada a cada rincón de mis latidos,
a cada pertubación que producen mis gritos,
en todos aquellos destellos que emito sin permiso,

En mi particular batalla campal.

¿Mi realidad es así?
Amando sombras trileras y tramposas,
telarañas llenas de muertas mariposas,
deseando dama negra en vez de blanca,
en un tablero arpío empapado de ti.

Me llevaste camino de la perdición,
sin brújula, sin mapa, sin feliz destino.
No me cogiste de la mano, ¿por qué?
Si cualquier sitio era el Edén
estando allí contigo.

Camino del amor tornado
en pedregoso sendero del odio y del rencor,
de falsas esperanzas y negra pasión.
Devuélveme el billete que me permita huir,
no hay opción ni deseo de mirar atrás,
no hay dulces ni venenosas palabras para embaucar.

Vuelvo a mi.

Adios mi reina negra,
mi amanecer, mi flor de loto, mi perseida violeta.
No olvides nunca que te quise,
que me maravillé, que te idealicé
que te amé...

...hasta perder la cuenta.



viernes, 5 de julio de 2013

Cicatrices

He rasgado los acordes
de una melodía que ya no existe,
en un disco que una vez quisiste
y ahora aborreces sin parar.

Abismo entre sábanas imposible de atisbar,
un escarpado acantilado cuya meta era escalar.
Demacrado, herido, lágrimas secas
que abrasan como la peor de las hogueras.

¿Hay un lugar para mi en aquel bar?
Aquel dónde van los apesadumbrados a largar
aventuras, desventuras, poemas y sátiras
relacionadas con rosas espinadas.

¿Lo hay? 
No me dejes ir,
sálvame...

¿Cuántas veces nos miramos viendo sólo opacos reflejos?
En nuestras pupilas, grabados a fuego
se han quedado aquellos, nuestros momentos
desechos por el eco de nuestro silencio.

Nos sumergimos juntos en aquella espiral 
y en el camino me soltaste sin querer
y el nosotros se perdió en pantanosos senderos
llenos de sal, vacíos de amor.

En aquel "nunca jamás" que se convirtió en improvisado vertedero
de palabras, gestos, regalos y relatos,
de falsos amuletos y biblias fanfarronas
en los que nunca creí.

De tu perfume en el viento que creía eterno,
volatilizado en llamas nacidas en improperios,
en ruegos carentes de compromiso,
en guillotinas disfrazadas de caricias.

Grita.
Adentro...

No me dejes solo,
prefiero llorar tu presencia
antes que maldecir tu marcha, tu pérdida
tu envenenada ausencia.

Rodeado de nenúfares idílicos,
oyendo a las estrellas cantar,
placeres que mi quebrado corazón
no me deja disfrutar.

Me observas.
Enloquezco.

¿Dónde está mi amor sin igual?
Sin doblar.
Sin maldad.

Sin igual...
¿Dónde está?