"Porque el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón" - Michael Ende

lunes, 16 de mayo de 2016

Irreversible

Cuando no es suficiente
y el llanto borra puras sonrisas,
desgarrando dolor latente
que no cesa de herir.

Cuando llueve sobre mis sueños de papel
es la tinta hecha de ilusión la que fluye
hacía ríos sin fijado destino
que van para nunca volver.

Cuando das la vuelta a mi mundo de cristal,
y la nieve cae hacia el cielo.
Mis deseos se marchan con las auroras,
fuiste el sol
...pero dejaste de brillar. 

Cuando Luna y Tierra olvidaron bailar
las estrellas se perdieron en el más allá,
como cuando lloro y no me ves,
lo hago por ti, decido callar.

Cuando trato de hacerte ver
que no hay rincón posible,
y tu tempestad ha arrasado mi amor
dejando sus aguas irreversibles. 

Cuando la ignorancia se hace rutina,
hablar, dialogar y no valer,
no cambiar, no admitir, no crecer
y, con los errores, permanecer.

Cuando el orgullo te impide cambiar,
y (¿)(me)te odio(?) en lo más profundo de mi ser
y lo llamo amar, pero no lo es.
No lo es, no lo será,
no lo fue...

Las plegarias, las risas
las peleas y vaivenes,
los abrazos, las pasiones,
los feos y los detalles...

...si todo ello no valió de nada
habiendo apostado todo tu corazón
¿Qué queda al final del cruel juego?

Dime qué, porque no puedo avanzar 
y porque no sé encontrar 
la respuesta correcta, la verdad.
(Dime)
Para poder cerrarte la puerta,
arrojando tu recuerdo al fondo
de ese gélido mar donde yace
lo que jamás encontrarás.

Mi cielo moría en tu atardecer,
con la penumbra, la soledad,
los imposibles...

...y manchaste mi amor,
tornando sus claras aguas 
irreversibles.













domingo, 14 de febrero de 2016

Eones

Una historia de amor
que duró eones,
hasta el fin de los tiempos
en sus marchitos corazones.

De todas las situaciones
las vividas, las recordadas,
las olvidadas, las odiadas,
veraces frente a ilusas.

No queda nada
ahora que miro atrás.
Ni siquiera deseos de hadas
las traerían de vuelta.

El viento se llevaba las palabras,
la lluvia empañaba las miradas,
las tormentas eran como nosotros,
emocionales, viscerales, idiotas...

Y me lo repito sin cesar,
no queda nada, nada que rescatar,
ni incendios que reavivar,
no hay bosques que repoblar.

La nada y el todo,
agua y aceite fuimos y seremos.
Piérdete en mis memorias, en las biografías
que jamás redactaré, que jamás leerán.

Empieza por desaparecer aquí,
desvanécete dentro de mí,
y jamás vuelvas, no regreses
no te espero, no hay deseo,
sólo baúles etéreos
llenos de mierda y buenos recuerdos,
esqueletos de sonrisas
que no habrán de ver el cielo.

Aquella historia
que en mi corazón
no duró eones...